El infarto cerebral es la tercera causa de muerte en muchos países y afecta principalmente a las personas adultas de edad avanzada. Lo más recomendable es conocer todo lo posible acerca de qué los ocasiona y cómo tratarlos. Hasta hace pocos años, poco o nada podía hacerse en contra de este mal, pero afortunadamente la neurología ha avanzado tanto en los tratamientos como en los métodos de prevención. En este artículo podrá hallar información al respecto.
¿Qué es un Infarto Cerebral?
Un infarto cerebral es un accidente cerebrovascular causado por la pérdida transitoria o permanente del flujo sanguíneo en una zona del cerebro. Conocido también como trombosis o embolia cerebral, este causa pérdida de oxígeno y nutrientes en el área afectada, con lo cual provoca la muerte de la masa encefálica.
La principal característica de este tipo de eventos es el deterioro neurológico que le precede. Por lo general, los infartos cerebrales o ACV isquémicos afectan a personas mayores de 65 años, aunque cualquiera podría sufrirlo, incluyendo jóvenes, bebés y niños.
Si el flujo de sangre se detiene por causa de un coágulo o alguna materia grasa que obstruye las vías por donde circula la sangre, se le llama infarto cerebral isquémico. Por el contrario, la causa de que el flujo de sangre se detenga es por la ruptura de un vaso sanguíneo dentro del cerebro, se le llama infarto cerebral hemorrágico.
¿Cuáles son las causas del Infarto Cerebral?
Un infarto cerebral se produce cuando ocurre una isquemia, es decir, cuando el flujo de sangre que llega al cerebro se ve interrumpido de forma momentánea o permanente. Sin embargo, se han detectado una serie de factores de riesgo de accidentes cerebrovasculares, entre ellos podemos encontrar:
- Una edad avanzada.
- Diabetes y colesterol alto.
- Beber en exceso y
- Sobrepeso.
- Sedentarismo.
- El consumo de estimulantes como la cocaína.
Otras de las causas incluyen la tensión arterial alta, arteriosclerosis y en ocasiones, los antecedentes familiares. Dependiendo del tipo de accidente cerebrovascular que se haya sufrido, el médico puede recurrir a la cirugía, aunque este tratamiento no está indicado para todo el mundo. El propósito de la cirugía comúnmente es, o eliminar los depósitos de grasa de la arteria obstruida, o drenar la sangre del cerebro.
¿Cuáles son los síntomas del Infarto Cerebral?
Dependiendo de la zona del cerebro afectada, los síntomas de un infarto cerebral pueden variar. Según su gravedad, algunos de los síntomas de un accidente cerebrovascular podrían ser:
- Debilidad muscular en una mitad del rostro.
- Confusión, pérdida de memoria o dificultad para entender.
- Dificultad para levantar una mano o el brazo entero.
- Dificultad para leer, escribir o hablar.
- Cambios en los sentidos del oído, gusto y tacto.
- Mareos o sensación de vértigo.
- Pérdida del equilibrio o problemas para caminar.
- Pérdida repentina de la visión.
- Un intenso dolor de cabeza, el cual empeora al cambiar de posición, hacer algún esfuerzo físico o toser.
En algunos casos, cuando el accidente cerebrovascular se origina por sangrado en el cerebro, podría producirse un fuerte dolor de cabeza tan intenso que podría despertar a la persona si esta se encuentra dormida. Mientras que en otros, la persona ni siquiera se da cuenta de que lo está sufriendo. En caso de sufrir alguno de los síntomas antes señalados, se recomienda acudir a un médico tan pronto como sea posible, ya que las probabilidades de reducir el daño de forma efectiva van reduciéndose drásticamente conforme pasan las horas.
¿Cómo se diagnostica?
En un principio, se mide la presión arterial del paciente, seguido de una verificación del ritmo y la actividad eléctrica del corazón. Luego podrían realizarse exámenes sanguíneos para medir niveles de colesterol y glucosa, con la finalidad de descartar la presencia de coágulos. Otras pruebas comunes son:
- Resonancia magnética.
- Tomografía.
- Angiografía.
- Ecocardiografía, especialmente si hay que determinar si el accidente cerebrovascular fue causado por un coágulo proveniente del corazón.
- Dúplex carotídeo, que consiste en un ultrasonido para comprobar si se han estrechado las arterias carótidas del cuello.
El propósito de las pruebas a realizar es encontrar el tipo de accidente cerebrovascular, así como la ubicación de la parte del cerebro afectada y la causa del infarto cerebral.
Muchas veces, el daño producido por el accidente cerebrovascular tiene como consecuencia que el paciente deba reaprender habilidades o destrezas, o aprender nuevas, así como adaptarse al daño causado por el infarto cerebral. Es por esto que el tratamiento posterior a la crisis se enfoca en la rehabilitación. En algunos casos, este proceso puede durar semanas o incluso meses. Como ventaja, los resultados suelen ser muy favorables.
Tratamientos
Un infarto cerebral es una emergencia médica, por lo que es imperativo acudir al hospital más cercano. Por lo general, los medicamentos y nutrientes necesarios se proporcionarán a través de tubos en la nariz o sueros en el brazo. Si el caso lo amerita, también se administra oxígeno mediante el uso de máscaras.
Los cuidados posteriores están directamente relacionado con el tipo de accidente cerebrovascular que se haya sufrido. Si la persona sufrió un infarto cerebral isquémico, se administrarán medicamentos con el propósito de prevenir o eliminar coágulos de sangre.
Algunos de estos fármacos incluyen anticoagulantes, como ácido acetilsalicílico, clopidogrel, heparina y warfarina. El uso de fármacos trombolíticos para disolver coágulos sanguíneos también es frecuente. Por otra parte, si la persona sufrió un ACV hemorrágico, los medicamentos administrados buscarán causar la coagulación de la sangre, así como controlar la presión arterial.
Es posible prevenir la aparición de un infarto cerebral en nuestra vida. Eliminar los hábitos nocivos, dejar de fumar y reducir el consumo de alcohol, así como una dieta saludable y un estilo de vida más activo, son fundamentales para disminuir el riesgo.
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