La parálisis cerebral es un padecimiento del cual todos los padres se preocupan. Esto se debe a su estrecha relación con la gestación y el momento del alumbramiento del infante, pudiendo extenderse incluso durante los primeros años de vida. Por esta razón, lo ideal es estar bien informado acerca de esta enfermedad, que podría afectar a nuestros seres queridos. Aquí usted podrá encontrar más información, además de una guía adecuada.
¿Qué es la Parálisis Cerebral?
Lo que se conoce como parálisis cerebral engloba una serie de desórdenes que afectan el funcionamiento del cerebro. Se caracteriza por afectar la capacidad de una persona para moverse libremente, así como la posibilidad de mantener una postura y un equilibrio constante. Está catalogada como un trastorno, no una enfermedad, por lo que no es contagiosa ni progresará con el paso del tiempo.
En concreto, se puede catalogar como una condición física producida por una lesión en una o varias zonas del cerebro. Por desgracia no tiene cura, pero un buen tratamiento puede aumentar la calidad de vida de aquellos que la sufren.
Dependiendo de ciertos factores, como la ubicación y la magnitud de la lesión cerebral, se pueden presentar espasmos o rigidez muscular, así como disfunciones visuales y auditivas. Estos síntomas surgen en las primeras etapas de la vida de una persona, e incluso pueden presentarse antes del nacimiento.
La parálisis cerebral compromete la psicomotricidad de aquellos que la padecen. Es decir, que no solo afecta por completo la motricidad corporal, sino que además puede ocasionar algunas discapacidades a nivel intelectual, como problemas de comunicación, aprendizaje o adaptación.
¿Cuáles son las causas de la Parálisis Cerebral?
Las causas son múltiples y sus síntomas varían de persona a persona. Sin embargo, todos comparten un determinante común: una formación defectuosa o incompleta del sistema nervioso central.
Esta maduración deficiente, usualmente causada por una lesión o trauma, puede ocurrir antes del nacimiento (35% de las veces), al momento del parto (55%), en los primeros meses, e incluso los primeros años de vida (10%).
Las causas más frecuentes de las lesiones prenatales son las infecciones maternas, como la rubéola, la diabetes materna, falta de oxígeno, e incluso la exposición a materiales radiactivos o tóxicos. El contacto con algunas bacterias también puede ser causa de lesiones cerebrales.
Cuando la lesión ocurre al momento del parto, las causas que podrían originar una lesión en el neonato son: prematuridad, heridas causadas por fórceps, anoxia (falta de oxígeno), y más raramente los partos múltiples. Básicamente, cualquier cosa que cause sufrimiento innecesario en el bebé al momento de su nacimiento puede ser causa de una lesión cerebral.
Después del nacimiento, y por un periodo de hasta cinco años, sufrir infecciones, traumatismos craneales, desnutrición y deshidratación, entre otras cosas, pueden originar la parálisis cerebral.
¿Cuáles son los síntomas de la Parálisis Cerebral?
Los signos de la parálisis cerebral pueden variar ampliamente, debido a los diferentes tipos y niveles de discapacidad. No obstante, estos síntomas suelen manifestarse antes de los dos años de edad del niño y en casos graves incluso antes de los tres meses de nacido. Algunos de los más frecuentes son:
- Tensión muscular anormal.
- Discapacidades del aprendizaje y/o disminución de la inteligencia.
- Problemas del habla y/o auditivos.
- Movimientos limitados y/o anormales.
- Pérdida parcial o total del movimiento.
Otros signos pueden ser ciertos comportamientos inusuales en el niño. Por ejemplo, si al levantar a un bebé menor de 6 meses sus piernas se tornan rígidas y se cruzan, o su cabeza cuelga hacia atrás, podríamos estar en presencia de una parálisis cerebral temprana.
¿Cómo se diagnostica?
La evaluación por parte de un especialista de los movimientos de un niño es el principal diagnóstico para la parálisis cerebral. Generalmente, el médico evalúa el tono muscular y los reflejos, además de comprobar si el niño ha desarrollado una preferencia por el uso de la mano derecha o izquierda.
De igual forma, esta patología puede dividirse en:
- Parálisis cerebral atáxica: se caracteriza principalmente por la afectación del equilibrio y la coordinación. La profundidad espacial también se ve afectada.
- Parálisis cerebral discinética: se trata de una variedad en la cual los pacientes muestran hiperactividad en lengua y rostro, así como problemas para mantenerse sentados. Sin embargo, las capacidades cognitivas no se ven afectadas.
- Parálisis cerebral espástica: puede dividirse en hemiplejia, diplejia y cuadriplejia. Se diferencia por la rigidez muscular y movimientos repetitivos y abruptos.
- De tipo mixto: cuando se incluye más de un síntoma perteneciente a cada una de las variantes.
Si los resultados de estos exámenes son motivo de alerta, el médico recomendará otras pruebas, tales como resonancias magnéticas, tomografías computarizadas o ultrasonidos. Estas pruebas podrían ayudar a reconocer la raíz de la parálisis cerebral.
Tratamientos
En primer lugar, hay que señalar la importancia de comenzar el tratamiento adecuado tan pronto como sea posible. Esto influirá considerablemente en la calidad de vida del paciente. En segundo lugar, es necesario señalar que no hay un tratamiento único para todos los casos de parálisis cerebral. Por ello es importante consultar con un especialista en la materia. Así el interesado podrá entender los riesgos y beneficios de cada alternativa. Las más frecuentes incluyen:
- Cirugía.
- Aparatos ortopédicos.
- Terapia física, ocupacional y del habla.
Hay que tener en cuenta que en vista de que el verdadero propósito es ayudar a la persona a ser tan independiente como sea posible. La gran ventaja es que en la mayoría de los casos, el tratamiento es satisfactorio y capaz de ofrecer mejoras notables.
Si usted cree que su hijo no está alcanzando un desarrollo adecuado en sus capacidades psicomotoras, comuníquese con su médico y expóngale sus inquietudes. Y de ser necesario, pida una remisión a un especialista capaz de realizar una evaluación más detallada.
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