El mal de Parkinson o parkinsonismo ideopático es un desorden neuronal que avanza de forma degenerativa y altera la coordinación de movimientos. Se caracteriza por ocasionar rigidez muscular, hacer que la persona pierda el control de la postura y se mueva de forma más lenta.
Se trata del segundo trastorno neurodegenerativo más común después del Alzehimer y se calcula que un 5% de los mayores de 60 años a nivel mundial la padecen. Aquí podrás encontrar toda la información que necesitas acerca de los síntomas del Parkinson, su diagnóstico y tratamiento.
¿Qué es el Mal del Parkinson?
Se conoce como mal de Parkinson a la enfermedad neurodegenerativa que ocasiona una serie de temblores y rigidez muscular. Se trata de una afección crónica que causa alteraciones en el sistema nervioso y cuyos temblores incrementan en situaciones de estrés o ansiedad extrema.
Esta se origina por fallos cerebrales en la producción de dopamina. Con frecuencia se encuentra asociada a dolores musculares, daño en los sistemas simpático y parasimpático, además de los procesos oxidativos que generalmente se asocian al envejecimiento.
La primera descripción del trastorno se realizó en 1817, cuando James Parkinson observó el desarrollo de un tipo particular de parálisis capaz de producir múltiples agitaciones. Como consecuencia, la designó con el término de “parálisis agitativa”, hasta que 40 años más tarde Jean-Martin Charcot utilizó el apellido de su descubridor para clasificarla.
Se presenta con mucha frecuencia en entornos rurales, especialmente en lugares donde existe contaminación por pesticidas. Sin embargo, se estima que en el 10% de los casos también existe una predisposición genética.
¿Cuáles son las causas del Mal de Parkinson?
Hasta el momento no se han encontrado las causas específicas que originan este padecimiento. Sin embargo, existen casos documentados de parkinsonismo inducido por fármacos, así como otros factores hereditarios.
Otras teorías estipulan que los radicales libres pueden tener mucho que ver con la aparición del mal de Parkinson en la vejez. Esta enfermedad ocasiona un proceso degenerativo que afecta a los ganglios basales, lo cual se traduce en fallos en la producción de dopamina.
No obstante, un grupo de investigaciones realizadas en los años 2014 y 2015 proponen que al igual que ocurre con la enfermedad celiaca, la alergia al gluten puede ser un factor desencadenante.
A medida que el mal de Parkinson avanza, las neuronas encargadas de producir la dopamina se ven afectadas. Esto, a su vez, ocasiona que la sustancia negra de estas células se degenere y se formen los cuerpos de Lewy. Por último, cuando la enfermedad inicia en edades inferiores a los 40 años se considera que se trata de un caso de origen genético.
Síntomas del Mal de Parkinson
Al inicio de la enfermedad es mucho más difícil distinguir los síntomas del mal de Parkinson de otras dolencias asociadas a la edad, como el dolor en las articulaciones. Sin embargo, existen algunas señales específicas. Las más relevantes son:
- Temblores: al incio afecta solo una parte del cuerpo. Por lo general tiende a aparecer en las extremidades inferiores o en el rostro y desaparece cuando la persona está dormida.
- Pérdida de movimiento: también se le conoce como bradicinesia y se trata de na lentitud qe impide al paciente realizar los movimientos que normalmente ejecutaría con mayor fluidez.
- Postura inestable: la manera de andar generalmente hace que el paciente se incline hacia un lado o hacia adelante. Con frecuencia las personas pueden dar algunos pasos para avanzar o simplemente quedarse en el mismo lugar.
- Pérdida del sentido del olfato: se le conoce como hiposmia y se encuentra presente en la mayoría de los casos. Este síntoma evita que los pacientes puedan percibir los olores que se hallan en el medio ambiente.
Otras características de la enfermedad de Parkinson es que puede ocasionar inmovilidad, problemas para ingerir alimentos y estreñimiento, debido a la ralentización de los músculos intestinales. A nivel condctual, puede originar depresión.
¿Cómo se diagnostica?
Para diagnosticar el mal de Parkinson, especialmente en las primeras etapas, es necesario revisar la historia clínica del paciente. También merece la pena realizar una evaluación física. Una de las pruebas que se llevan a cabo es la de coordinación ojo- dedo.
De igual forma el médico podrá ordenar otros estudios, como las tomografías computarizadas. Estas tienen como objetivo realizar un mapeo completo del cerebro. De esta forma podrán identificar posibles lesiones. En ocasiones también se utilizan análisis de sangre.
Al no existir un marcador biológico que permita identificar el mal de Parkinson, los exámenes tienen como finalidad detectar sus tres características principales. Es decir, rigidez muscular, pérdida significativa de movimientos y los temblores constantes.
Debido a que no es un padecimiento que afecte solo a las personas mayores, es esencial que los familiares estén atentos a cambios en los movimientos, el comportamiento o la postura del paciente. Esto permitirá detectar el Parkinson atípico o a temprana edad. Si estas características persisten en el tiempo, entonces es necesario consultar a un neurólogo.
Tratamientos
El mal de Parkinson es una enfermedad crónica que, por el momento, no tiene cura. Esto significa que la función primordial del tratamiento es mejorar la calidad de vida de los pacientes. De esta forma se logra reducir el avance de la enfermedad.
En concreto, la primera parte del tratamiento es de origen farmacológico e incluye la administración de los siguientes medicamentos:
- Selegilina: indicada para aumentar la producción de dopamina en el cuerpo.
- Levodopa: tiene como objetivo disminuir la rigidez y la pérdida de movimiento.
- Amantadina: con frecuencia se utiliza para tratar las discinensias.
Además, existen otras alternativas, como la cirugía para los casos más graves y la fisioterapia para reducir la rigidez en extremidades superiores e inferiores. Si usted o algunos de los miembros de su familia posee algunos de estos síntomas, consulte a su médico para obtener un diagnóstico.
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